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El ojo del Dharma de la Escuela Chan


Extractos de «El Ojo del Dharma de la Escuela Chan» de Venerable Xiao PingShi

«Un practicante Chan no debe, al practicar la meditación, llevar la mente consciente a un estado en el que «no conozca los seis objetos sensoriales[1]«.

Tal estado mental sólo existe en el samapatti (absorción mental profunda) del segundo o superior dhyana[2], donde la conciencia mental ya no discierne los cinco objetos sensoriales. Dado que este tipo de estado mental está todavía dentro de los límites de nuestra consciencia mental, no es el prajna (sabiduría) de la verdadera realidad que un practicante debe buscar realizar a través del principio Chan. Más bien, un practicante Chan debe dominar primero la concentración meditativa, en particular la capacidad de «mantener el huatou[3]«. Sin embargo, una vez que la consciencia mental del practicante ha adquirido la habilidad de la concentración, en lugar de entrar en un estado de samādhi, debe permitir que su consciencia no se deje influenciar por los seis objetos sensoriales y los experimente en la vida diaria. Esta es la manera correcta de localizar el verdadero yo, esa mente una de cuyas cualidades es que «realmente no conoce los seis objetos sensoriales» y sin embargo existe junto con la consciencia mental. En realidad, un practicante Chan no debe considerar el desapego de la mente de los cinco objetos sensoriales como «alcanzar la iluminación». p.360


[1] La forma, el sonido, el olor, el sabor, la sensación táctil, el dharma (en el sentido de cualquier manifestación del verdadero yo).

[2] Las cuatro dhyanas corresponden a cuatro niveles muy altos de meditación.

[3] Literalmente significa «antes de hablar». Se trata de ser consciente del pensamiento de lo que precede a la palabra.