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Los beneficios de mantener los preceptos

(Dharmapada Sutra)

Un día, dos monjes budistas, que querían conocer al Buda Sakyamuni, partieron juntos a pie. La distancia que tenían que recorrer era muy grande y hacía mucho calor. En su camino ya se habían agotado varios pozos y fuentes de agua, por lo que los dos hombres estaban muy hambrientos y sedientos.


Finalmente llegaron a un lugar donde todavía había algo de agua. Sin embargo, pequeños insectos se habían instalado allí y, para mantener sus preceptos, los monjes tenían que filtrar el agua antes de beberla para proteger la vida de estos pequeños animales. Lamentablemente, debido al bajo nivel del agua no pudieron hacerlo. Así que el primero dijo:

“Quiero mantener los preceptos y no beberé esta agua para no matar a los insectos”.

Respondió el otro :“Quiero conocer al Buda porque es una ocasión rara, y por eso decido beber esta agua”.

El primero, el que eligió mantener el precepto de no matar, finalmente murió de sed y ascendió al paraíso celestial Trayastrimsha para convertirse en un dios con poderes sobrenaturales. Así, pudo ir a ver a Buda y luego regresó a su paraíso celestial. En cuanto a su compañero, llegó unos días después muy cansado y sediento. Se encontró con el Buda y le contó lo que había sucedido.

Entonces el Buda le dijo:

«Tu compañero ya me ha visitado y como ha mantenido los preceptos, ahora está en el paraíso celestial: finalmente, ha llegado ante ti. «

Entonces el Buda añadió:

«Estás ante mi cuerpo físico pero no has seguido mis enseñanzas y por eso puedo decir que me has visto pero no me has conocido. En cambio, tu compañero sí que me ha conocido y mucho más rápido que tú, aunque viva mucho más lejos. «

Esta historia puede parecer extraña al lector y queremos dar algunas explicaciones. Comencemos citando las palabras de Buda que se encuentran en el Sutra del Diamante:

«Si alguien piensa que puede encontrarse conmigo con su cuerpo físico viéndome u oyéndome, debe saber que aunque el Buda pueda aparecer ante él, en realidad no es el Buda. Esa persona está en el camino equivocado y nunca ha conocido al Buda. «

Esta es nuestra explicación: ¡el Buda es eterno! El cuerpo físico del Buda no es el Buda: es sólo una manifestación del verdadero yo del Buda. El verdadero yo del Buda es el cuerpo dhármico del Buda que permite manifestar todo tipo de funcionalidades y que es eterno.

Por último, alguien que respeta los preceptos comprenderá mejor las enseñanzas de Buda porque esa persona piensa en los demás y no tiene apego al falso yo. El verdadero yo, también llamado la octava conciencia o tathagatagarbha, tampoco tiene este apego al yo. Por eso, en el budismo, solemos decir «sin ego (sin yo)» para hablar de esta octava conciencia (tathagatagarbha). Sin embargo, también hablamos de la ley del karma, que no existiría sin el tathagatagarbha, que es capaz de almacenar todas las semillas kármicas en su interior. El tathagatagarbha existe realmente y no tiene forma, razón por la cual se dice que su naturaleza es vacía (Sunyata).

Por eso el Buda dijo que el monje que sólo pensaba en sí mismo no había conocido realmente al Buda, porque el cuerpo físico del Buda no es el Buda.