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El coronavirus: La sabiduría crece a través del sufrimiento  

Extracto de la conferencia del maestro Chan (Zen): Lin ZhengCi.

Queridos practicantes, ha pasado mucho tiempo desde que nos encontramos de nuevo. Esperamos que usted se esté cuidando del virus y que pueda proteger a su familia.

También esperamos que usted esté pasando por este tiempo con serenidad y que podamos reunirnos rápidamente para seguir practicando el budismo juntos. Durante esta pandemia, debemos respetar las recomendaciones propuestas por el Estado y lavarnos las manos cuidadosamente, usar máscaras y evitar los lugares superpoblados, de modo que podamos reducir la posibilidad de ser afectados por la propagación de dicho virus. Evitemos también ceder a la ansiedad o al miedo.

¿Pero cómo podemos hacer esto?

El coronavirus se ha extendido por todo el mundo y es una causa de ansiedad para muchas personas. Es un momento difícil que atravesamos, pero si actuamos de manera virtuosa, podremos obtener más beneficios kármicos y acceder más tarde a los paraísos celestiales. Sobre este tema, el Buda explicó en el capítulo veintidós el Dirgha Agama sutra, quien realiza buenas acciones durante una epidemia puede entonces entrar en un paraíso celestial, porque él posee y cultiva la compasión, cuidando del bienestar de los demás y deseando que todos los seres se liberen de la enfermedad. Al hacerlo, también evita el miedo y la ira. También debemos rezar por la recuperación de los que han caído enfermos. Y si nosotros mismos nos enfermamos, en lugar de ceder al miedo o a la ira, aprendamos a estar tranquilos, a curarnos y a tratar al propio virus con compasión, ya que es, como nosotros, un ser sensible, a pesar de que su karma y su ignorancia son mucho más graves que el nuestro. También debemos confesar si hemos hecho algo malo, pedir un gran deseo de que todos los enfermos puedan recibir los cuidados necesarios para su recuperación, y finalmente devolver los más pequeños beneficios de nuestra práctica a todos los seres vivos.

Esta compasión es esencial, no solo para el acceso a los paraísos celestiales, sino también para aquellos a quienes demostramos la generosidad ahora, más tarde, ellos nos tratarán de la misma manera. La compasión es, por lo tanto, una actitud que debemos mantener en todas las circunstancias, y especialmente en tiempos difíciles como el que estamos viviendo ahora.

También debemos aprovechar el tiempo para agradecer al Buda por sus enseñanzas y entrar en la nostalgia de Buda para llevar una vida tranquila. En efecto, en la nostalgia de Buda sin forma, sentimos que el Buda está siempre entre nosotros, y al mismo tiempo aumentamos nuestra concentración. A través de esta práctica, también aprendemos a reducir el gran número e intensidad de nuestras molestias. Por lo tanto, este período de pandemia porque nos obliga a quedarnos en casa, se convierte en una gran oportunidad para practicar.

El capítulo 30 del Yogacarabhumi sastra también se refiere a unos comentarios hechos por el Buda sobre las nueve etapas de la nostalgia de Buda. La primera de estas etapas es la capacidad de concentrarse durante un cierto tiempo. En la segunda etapa somos capaces de mantener nuestra concentración por un período de tiempo más largo. En el tercero, podemos mantener la concentración por un período de tiempo más largo y permanecer en un estado de paz interior. En la cuarta etapa, tenemos la sensación de que esta concentración está constantemente presente dentro de nosotros, lo que significa entonces (esta es la quinta etapa) que ya hemos llegado a este nivel de práctica con éxito y que podemos dirigirla como queramos.  Después, en la sexta y séptima etapa, nuestra concentración se convierte en un profundo silencio, luego en un silencio absoluto. Este silencio absoluto es el octavo paso, podemos entonces, dirigirlo a donde queramos. En la última etapa, podemos mantener este profundo estado de concentración en cualquier momento de la vida.

Si miramos estas nueve etapas, puede ser bastante difícil comprender las cosas. Pero si los reducimos a tres grandes pasos, podemos ver las cosas un poco más claramente:

  • El primer gran paso reúne los cuatro primeras etapas mencionados anteriormente: la primera es aprender a concentrarse, la segunda es aprender a ser capaz de entrar rápidamente en la nostalgia de Buda, la tercera es ser capaz de entrar en la nostalgia de Buda a voluntad y permanecer en paz incluso cuando nuestra mente está dispersa, la cuarta es sentirse más cerca de Buda.
  • El segundo gran paso reúne las tres siguientes etapas y consiste en calmar la mente: obtenemos menos ira, menos apego, menos pensamientos indeseables. Un beneficio añadido de este segundo paso es que cuanto más nos centramos nuestra mente se libera cada vez más de los apegos y de las preocupaciones ordinarias; más fácil nos resulta concentramos.
  • El último gran paso, que une las etapas octava y novena mencionadas por el Buda, consiste en el hecho de que practicamos esta concentración automáticamente, sin esfuerzo y en todas las instancias.

Si bien la concentración es una excelente herramienta para la práctica,  no es el objetivo final, sin embargo, nos ayuda a acceder a la sabiduría y a destruir nuestras preocupaciones. Sugerimos que practique la concentración durante unos 30 minutos para empezar, y luego progrese gradualmente hasta que, en tres o seis meses, pueda acceder a la última de las nueve etapas. Entonces usted podrá observar el funcionamiento de sus pensamientos antes de que las palabras se formen en usted. Una vez que ha logrado esto, todo lo que tiene que hacer es alcanzar la iluminación, ver la naturaleza del buda, u obtener los frutos del camino hinayana. Es más fácil para nosotros, en estos tiempos de pandemia, lograr esta ecuanimidad a través de la práctica de la concentración. Recuerde también devolver los beneficios de su práctica a los seres vivos, para que la pandemia pueda terminar más rápidamente.

Terminamos deseando que, adquieran salud, compasión, practiquen la concentración de manera efectiva y alcancen la iluminación lo antes que puedan.

Amitofo.