Menú Cerrar

Historia de los dos mozos y el rey Pasenadi

(Agama Sutra)

Un día, cuando el rey Pasenadi estaba descansando, un mozo al que llamaremos A, dijo: «Vivo gracias al rey», y otro mozo al que llamaremos B dijo: «Vivo según mis propios frutos kármicos».

Tras escuchar este breve intercambio, el rey pensó que el siervo A era una buena persona y que probablemente merecía una recompensa.


Entonces le dijo a su mujer: «Esta tarde te voy a enviar un mozo y quiero que le des mucho dinero, ropa y piedras preciosas. «Y esa misma tarde le dijo al mozo A: «Quiero que le lleves esta botella de vino a mi mujer.

El mozo A tomó la botella y fue a ver a la reina. Sin embargo, en cuanto salió de la habitación del rey, su nariz empezó a sangrar y la sangre manchó su vestido. Como no se atrevía a presentarse ante la reina con la ropa sucia, le dijo al mozo B que fuera a traer la botella en su lugar. Entonces el mozo B se dirigió a la mujer del rey, quien, siguiendo las instrucciones de su marido, le dio dinero, ropa y piedras preciosas. Cuando el rey se enteró de lo sucedido, llamó al mozo A y le preguntó:

«¿Por qué no fuiste con mi esposa como te dije? «

Entonces el mozo A explicó que su vestido estaba manchado de sangre y que no se había atrevido a presentarse así ante la reina.

El rey escuchó estas palabras y dijo:

«Ahora creo verdaderamente en la palabra de Buda. No es gracias a mí que otros puedan tener riqueza; cada uno recogerá lo que haya sembrado antes. «

A menudo pensamos que tener un padre rico y bien educado nos permitirá tener una fortuna. También hay personas que escriben libros sobre cómo se hicieron millonarios, y aunque mucha gente compra estos libros, eso no significa que los lectores también se vuelvan ricos. Incluso hay personas que estudian constantemente los movimientos de la bolsa pero que, curiosamente, no consiguen ganar mucho dinero con lo aprendido. La riqueza de hoy depende realmente de lo que se sembró en el pasado. Si quieres ser rico en tu vida futura, no dudes en empezar a practicar la generosidad ahora. Para poder recibir, hay que saber dar.