(Agama Sutra)
Un día Sariputra y Moggallana llegaron a una vila donde vivían muchos maestros alfareros. Casi al mismo tiempo se desató una tormenta y los dos hombres se refugiaron en el local de un alfarero. Lo que no sabían era que una mujer pastora ya se había escondido allí. Ajenos a la presencia de la chica, ambos entraron en estado de meditación, esperando que la tormenta cesara. La pastora, al ver que los dos maestros eran muy hermosos, comenzó a fantasear con ellos. En cuanto dejó de llover, los dos venerables maestros abandonaron aquel lugar y la muchacha salió a su vez, poco después de que se marcharon.
Alguien vio a los dos maestros y a la pastora, y notó que la cara de esta última estaba toda roja y que parecía emocionada. Luego dijo a todos que, sin duda, los dos maestros habían tenido una relación con la chica. Sin embargo, un monje le advirtió que era mejor comprobar estas declaraciones y confesar si eran falsas. Pero esta persona no quiso saber nada y siguió repitiendo la misma historia sin confesar nunca. Al final de su vida, se encontró en el infierno.
De esta historia podemos concluir que siempre debemos verificar lo que decimos y ser conscientes de que, aunque hayamos visto algo, no necesariamente hemos entendido lo que realmente ocurrió. Debemos ser cuidadosos con nuestras palabras y comprobar los hechos varias veces antes de hablar. Además, si difamamos a los verdaderos maestros, podemos encontrarnos en el infierno.