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Celebrar el nacimiento de Buda


En la antigua China, el nacimiento de Buda se celebraba el 8 de abril del calendario lunar, y hoy en día en Taiwán seguimos esta tradición.

 

El nacimiento del Príncipe Siddhārtha

Según los escritos, Buda nació en el año 1027 antes de Cristo, y en el Abhiniskramaṇa sūtra leemos que su madre se llamaba Maya.  Ella soñó que un elefante blanco con seis colmillos entraba en su vientre y que poco después se daba cuenta de que estaba embarazada: el príncipe Siddhārtha, el futuro Buda, había llegado. Según la tradición india, la madre debía volver con su familia para dar a luz. Maya lo hizo, y fue durante su viaje, en un jardín, cuando el príncipe Siddhārtha surgió de su axila derecha. En ese momento, el dios Indra colocó siete flores de loto en el suelo. El recién nacido dio siete pasos, utilizó un dedo para indicar el cielo y otro para indicar la tierra, y dijo: «Más alto que el cielo y más profundo que la tierra, Yo soy el más precioso».

Entonces aparecieron dos dragones. Uno escupió agua caliente y el otro agua fría, y al mezclar el agua producida por cada uno de ellos, pudieron bañar al príncipe con agua tibia.

Además, la misteriosa frase que pronunció el príncipe resumía toda su enseñanza. Este yo, el verdadero yo, el verdadero corazón está en el centro de la enseñanza budista. El mundo en sí mismo sólo existe gracias a los verdaderos yoes (tathagatagarbhas) de seres sensibles que lo crearon, trabajando juntos.

Desgraciadamente, la gente no pudo entender el significado de esta frase, y el príncipe tuvo que dar un ejemplo de su propia vida para mostrarles el camino hacia la Budeidad.

El verdadero significado de la ceremonia

Durante las ceremonias organizadas por los monasterios, echamos agua sobre la estatua del príncipe Siddhārtha, y mantenemos cuatro pensamientos en mente:

  1. Estamos regando a todos los Budas.
  2. La palabra «Buda» significa el cuerpo del Dharma, el verdadero yo, la tierra pura. Es este verdadero yo, el tathagatagarbha, el que contiene todas las funciones necesarias para acumular todos los méritos.
  3. Recordamos que estamos en un mundo ensuciado por cinco tipos de impurezas. Entonces también debemos pensar que estamos limpiando estas impurezas y los tres venenos que las crearon, para purificar nuestro pensamiento, nuestra palabra y nuestro comportamiento. Por último, esperamos que la paz y la armonía se establezcan en la sociedad a largo plazo.
  4. Formulamos mentalmente el deseo de que todos encuentren el cuerpo del Dharma dentro de sí mismos, es decir, que todos alcancen la iluminación.

En estos momentos, debido a la pandemia de Covid y para cumplir la norma sanitaria, la mayoría de las ceremonias no pueden organizarse en los monasterios. Por eso te ofrecemos este vídeo para que lo veas, imaginando al mismo tiempo que estás duchando a Buda y limpiando tu ignorancia, tu codicia y tu ira. Mantener en tu mente los cuatro pensamientos mencionados anteriormente te ayudará mucho.

Por último, recuerda que no se trata sólo de una ceremonia, sino de un recuerdo de que todo el mundo debe limpiar sus pensamientos, palabras y comportamientos para poder llegar a ser un Buda un día.

Amitofo.