Conferencia Numero 1 (Video en Youtube)
Del Maestro Zhen-Li (正禮老師)
Queridos bodhisattvas (asumiendo que todos los interesados en nuestra conferencia son practicantes, por tanto, bodhisattvas):
¡Amitofo!
Hoy comienza una nueva serie de conferencias de nuestra Asociación Zhen Jue. Esta vez presentaremos ‘El Verdadero Significado de los Ágamas en los Tres Vehículos; un análisis de los fundamentos más antiguos del Yogacara’.
El material del que partimos es el libro «El Verdadero Significado de los Ágamas» escrito por el Maestro Pingshi Xiao. La razón por la que el Maestro escribió este libro es que antes de 2006, ciertos círculos budistas, y el entorno académico en general, consideraban que los Ágamas eran textos del Hinayana, orientados únicamente a los dos vehículos sravaka y pratyekabuddha. Sostenían que la enseñanza se centraba únicamente en elcamino de la liberación, sin hacer referencia a la naturaleza de Buda y este enfrentamiento dio lugar a una gran controversia en torno a la enseñanza sobre el Tathagatagarbha defendida por Maestro Pingshi. Por ello, el Maestro recurrió a los Ágamas para destacar los aspectos que fundamentan la enseñanza del Gran Vehículo. Pero, si mencionamos los Sutras del Gran Vehículo, algunas personas alegan que fueron compilados tardíamente y que por ello no son dignos de confianza. Esta es la razón por la que el Maestro Pingshi, en ‘El Verdadero Significado de los Ágamas ‘, se basó exclusivamente en la evidencia textual de los cuatro Ágamas, revelando las enseñanzas del Gran Vehículo implícitas en ellos, para demostrar que el propio Buda había enseñado el Dharma del Gran Vehículo. Esto invalida los argumentos de los círculos budistas y académicos que utilizaban los Ágamas como prueba de que «el Gran Vehículo no es la palabra de Buda».
En ‘El Verdadero Significado de los Ágamas ‘, el Maestro Pingshi escribe: ‘El propósito de este libro no es emplear los Sutras del Gran Vehículo para probar la existencia real del Tathagatagarbha, sino que se basa únicamente en las enseñanzas sobre la sabiduría superior del Yogācāra contenidas en los Ágamas, para demostrar que los cuatro Ágamas ya contienen, implícita y veladamente, enseñanzas sobre la octava consciencia. Por lo tanto, todas las pruebas que aducimos se extraen exclusivamente de los cuatro Ágamas, para que así no puedan ser cuestionadas, y para asegurarnos que en el futuro la transmisión del verdadero Dharma se realiza sin trabas. («El verdadero significado de los Ágamas», Volumen 1, Ediciones Zhengzhi, Prefacio, páginas 5-6).
A lo largo de nuestras conferencias, veremos que el Maestro Pingshi hace aflorar muchas de las enseñanzas del Gran Vehículo presentes en los Ágamas, que nos hablan constantemente de la existencia de la octava consciencia (Tathagatagarbha). Aunque el término ‘Tathagatagarbha’ no se utiliza explícitamente, sí se hace referencia a él con muchas otras expresiones, tales como ‘la esencia del nirvana’, ‘la consciencia que entra en la matriz’… más adelante extraeremos más evidencias de los propios textos.
Para resumir, la obra «El Verdadero Significado de los Ágamas» del Maestro Pingshi le ha dado la vuelta completamente al empleo que se ha hecho de los cuatro Ágamas como «prueba de que el Gran Vehículo no es la palabra del Buda», transformándolos, en cambio, en evidencia textual de que el Gran Vehículo sí es la palabra del Buda. Esta es la mayor contribución de la obra del maestro Pingshi, que permite documentar el hecho histórico de que el Gran Vehículo es efectivamente la palabra de Buda.»
La obra «El Verdadero Significado de los Ágamas» del Maestro Pingshi consta de siete volúmenes. Debido a la gran riqueza del contenido, el Maestro no ha querido detallar las diferencias entre los tres vehículos. Es por ello que en estas sesiones vamos a completar brevemente este punto. Los cuatro Ágamas no sólo contienen muchas enseñanzas del Gran Vehículo, sino que también establecen claramente las diferencias que existen a propósito de la comprensión de la iluminación entre los practicantes de los tres vehículos: los Sravakas (oyentes), los pratyekabuddhas (budas solitarios) y los bodhisattvas.
Si el Maestro Pingshi hubiera querido distinguir entre los tres vehículos en «El Verdadero Significado de los Ágamas», el volumen de la obra probablemente se habría duplicado. Por eso se concentró únicamente en presentar los aspectos fundamentales del Gran Vehículo. En las próximas sesiones, por tanto, complementaré brevemente este trabajo mostrando cómo se distinguen los tres vehículos en los Ágamas, destacando las diferencias en su contenido. Esto dejará más claro que las enseñanzas del Gran Vehículo son realmente distintas de las de los Sravakas y pratyekabuddhas.
Cuando examinamos «El verdadero significado de los Ágamas», vemos que trata esencialmente de los métodos de contemplación (vipassana) del budismo, basados en la realización directa. Si tenemos que resumir el contenido de este libro, podemos decir que habla de los métodos budistas de contemplación mediante la experiencia directa.
¿Por qué debemos hablar de los métodos budistas de contemplación empírica? Porque en los Ágamas encontramos muchos conceptos fundamentales que más tarde se desarrollarán en el Yogacara del Gran Vehículo, tales como la distinción entre «factores mentales universales» (sarvatraga) y «factores mentales específicos» (viniyata). Estos conceptos están estrechamente relacionados con la contemplación de los cinco agregados del apego, como veremos más adelante.
Cuando leemos ‘El Verdadero Significado de los Ágamas’, debemos saber que respecto al verdadero Dharma del Tathagatagarbha que expone nuestro Maestro, algunas personas suelen objetar que el término ‘Tathagatagarbha’ no aparece en los Ágamas. Esta objeción es en realidad superficial e ingenua. En los Ágamas, a la octava consciencia no sólo se la denomina con el término ‘Tathagatagarbha’ —se la puede llamar Alayavijñana, esencia fundamental, consciencia de entrada en el útero, y con muchos otros términos.
En los Ágamas podemos mostrar que el Buda se refiere al Tathagatagarbha como el ‘Dharma profundo y sutil de gran luminosidad’. Esta gran luminosidad se oculta en los cinco poderes supranormales, particularmente en el conocimiento de las vidas pasadas. En realidad, esto tiene que ver con lo que la ciencia moderna está estudiando sobre la memoria: las preguntas que la gente se hace hoy sobre qué es la memoria y cómo perdura. Pero si nos fijamos en los cuatro Ágamas, encontramos que esta investigación ya tuvo lugar en el pasado.
En el Brahmajala Sutta del Dirgha Ágama, encontramos esta explicación: ‘El Buda dijo a los monjes: «Hay otro Dharma, profundo, sutil y de gran luminosidad, que sólo los discípulos nobles pueden utilizar para alabar al Tathágata. ¿Cuál es este Dharma profundo, sutil y de gran luminosidad mediante el cual los discípulos nobles pueden alabar al Tathágata? Digan lo que digan los monjes y brahmanes que tienen opiniones diversas e innumerables sobre los kalpas del pasado del presente y del futuro, todas ellas están incluidas en los sesenta y dos puntos de vista; sus opiniones sobre sobre los kalpas del pasado del presente y del futuro, diversas e innumerables, digan lo que digan, no pueden exceder estos sesenta y dos puntos de vista.»‘ (Dirgha Ágama, Volumen 14).
En este texto, Buda habla de un Dharma profundo, sutil y de gran luminosidad que sólo los discípulos nobles pueden utilizar para alabar al Tathágata. Esto significa que sólo los bodhisattvas que han realizado directamente el Tathagatagarbha, ya estén en el nivel de sabios o de santos, pueden comprender lo que es este Dharma profundo y sutil de gran luminosidad. Creemos que muchos budistas o estudiosos del budismo han leído este sutra, pero nadie ha sido capaz de explicar claramente qué es este «Dharma profundo, sutil y de gran luminosidad», y nunca hemos oído a nadie hablar de él.
Podemos decir que este Dharma profundo y sutil de gran luminosidad se refiere al Tathagatagarbha, la octava consciencia, el alayavijñana, la esencia del nirvana… y muchos otros nombres. El Buda dice que este Dharma trasciende los sesenta y dos puntos de vista, que pueden dividirse en teorías del principio y del fin de los kalpas del pasado, presente y futuro.
¿Cuáles son las doctrinas sobre los kalpas del presente y futuro? Las doctrinas del pasado se basan en hechos que ya han ocurrido en el kalpa, aunque las opiniones fundadas en estos hechos no son necesariamente correctas. En cuanto a las opiniones sobre las eras futuras, son opiniones infundadas, arbitrarias. El Buda dice que hay innumerables opiniones, pero que todas ellas pueden clasificarse en sesenta y dos categorías. Estas sesenta y dos categorías se dividen de hecho en diez tipos de teorías, que incluyen el eternalismo, el nihilismo… y otras teorías que no tenemos tiempo de detallar.
Sin embargo, podemos ver que el Buda concedía gran importancia a este Dharma profundo, sutil y de gran luminosidad, ya que éste es el único lugar de los Ágamas donde utiliza palabras tan laudatorias para describir este Dharma, diciendo que trasciende todos los puntos de vista no budistas, ya sean del pasado o del futuro. Todos los puntos de vista no budistas están incluidos en estos sesenta y dos puntos de vista, ¡lo que significa que este Dharma profundo y sutil de gran luminosidad supera todos los puntos de vista no budistas!
A continuación, el Buda pasa a explicar qué es este Dharma profundo, sutil y altamente luminoso que puede trascender los sesenta y dos puntos de vista no budistas y detalla cuales son estos sesenta y dos puntos de vista. Aquí, podemos tomar uno de estos ejemplos para entender qué es el Tathagatagarbha. Veamos el tercer punto de vista sobre el eternalismo, donde el Buda dice:
‘El Buda dijo a los monjes: Hay monjes y brahmanes que, mediante diversos métodos, entran en la concentración meditativa del samadhi y, con la mente concentrada, recuerdan ochenta ciclos de formación y destrucción. Entonces dicen: «Yo y el mundo somos permanentes, esto es verdad y lo demás es falso». ¿Por qué es así? Porque por diversos métodos entro en la concentración meditativa del samadhi, y con mi mente concentrada recuerdo ochenta ciclos de formación y destrucción. Durante este período, los seres vivos ni aumentan ni disminuyen en número; permanecen formando un todo constante, sin dispersarse. Por esto sé que yo y el mundo somos permanentes, esto es verdad y lo demás es falso.» Esto constituye el tercer punto de vista. Estos śramanas y brahmanes, en base a sus conocimientos sobre eras pasadas, sostienen que «yo y el mundo somos permanentes.» De las cuatro teorías, esta es la tercera, y no va más allá’ (Dīrgha Āgama, Volumen 14)
El Buda explicó que algunos monjes y brahmanes que practicaban la meditación podían entrar en un estado de concentración profunda (samadhi). Con la mente en samadhi, podían ver ochenta ciclos pasados de formación y destrucción. Es decir, estos practicantes no budistas, gracias a sus poderes de recordar vidas pasadas, podían ver el contenido de numerosos nacimientos y muertes a lo largo de múltiples vidas.
Aquí se plantea una pregunta: ¿cómo pueden los recuerdos de estos ochenta ciclos pasados de formación y destrucción llegar desde el pasado hasta el presente? Evidentemente, debe existir un dharma que pueda preservar estos recuerdos, permitiendo que el contenido de las memorias de nacimientos y muertes de ochenta kalpas llegue al presente, donde estos practicantes con concentración profunda puedan verlos.
Por lo tanto, para poder preservar estos recuerdos, debe haber algo que pueda atravesar los ciclos de formación y destrucción, algo que se mantenga durante los ciclos de formación, permanencia, destrucción y vacuidad. Entonces, ¿qué tipo de dharma puede ser? Debe ser algo indestructible, debe existir verdaderamente, debe ser indivisible y debe ser inmutable.»
Porque si el lugar donde se almacenan los recuerdos no existiera, sería completamente imposible traer los recuerdos de vidas pasadas al presente. Además, debe ser indestructible, porque si el dharma que almacena los recuerdos fuera destructible, entonces los recuerdos también podrían ser destruidos y no sería posible traer las memorias de vidas pasadas al presente.
También debe ser indivisible, porque si pudiera dividirse, evidentemente una parte de los recuerdos podría perderse debido a esta división, y así no sería posible ver el contenido completo de los nacimientos y muertes de los ochenta ciclos pasados. Y tampoco puede ser mutable, porque si pudiera cambiar, entonces los recuerdos almacenados también podrían cambiar debido a las transformaciones del lugar donde se almacenan, y así el contenido de estos recuerdos no sería preciso.
Pero el Buda explicó que, tras entrar en samadhi, pudo recordar ochenta kalpas de prosperidad y ochenta de decadencia; evidentemente, desde su estado de samadhi el Buda fue testigo de los hechos que relata. Así que, en verdad, hay una dharma que rige el almacenaje de la memoria, que conservó su contenido, entre cada vida y cada muerte a lo largo de los ochenta kalpas transcurridos, lo que permitió que, en el presente, todos aquellos meditadores, incluidos los heterodoxos, que alcanzaran los cuatro dhyanas y los ocho samadhis junto con la clarividencia, pudieran verlo por sí mismos.
Pero, aunque lo que pudieran ver hubiera ocurrido realmente, esa experiencia les indujo a error, porque pensaron: » Si soy testigo de estos hechos es porque yo existo eternamente, y este mundo también existe eternamente «. Así que desarrollaron la concepción errónea de que «el yo y el mundo son eternos». Por lo tanto, el contenido que vieron era correcto, pero la conclusión a la que llegaron era incorrecta. Así que el Buda enseña que la realidad no es que el yo y el mundo sean eternos. El yo y el mundo son los cinco agregados y los dieciocho elementos, todo lo cual está sujeto a nacer y morir, cambiar y transformarse, y ninguno de ellos puede ser el lugar donde se almacene la memoria. Así que el Buda se basó este dharma profundo, sutil y brillante para refutar completamente los puntos de vista de los heterodoxos. Por lo tanto, decimos que el Tathagatagarbha tiene una función muy concreta, que es almacenar la memoria, (en sánscrito almacén de memoria se denomina con el término ya referido de alajavijñana). Alayavijñana tiene la función de almacenar la memoria, sin perderla nunca; por eso puede actuar como el fundamento de la transmigración de los seres. Por ello, el Tathagatagarbha aparece en los Ágama Sutras como la dharma profunda, sutil y brillante que menciona el Buda.
Aunque este profundo y sutil dharma de la gran luz es extremadamente difícil de realizar, el Buda adoptó un método muy inteligente y efectivo. ¿Cuál es este método? Antes de buscar el octavo almacén de consciencia, el Tathagatagarbha, primero debemos determinar qué lugares definitivamente no pueden ser receptáculos de memoria. ¿Qué tipo de lugares con toda seguridad no pueden almacenar memoria? Es muy simple, si se dice de algo que no existe, o que es destructible, divisible o mutable, entonces claramente no puede funcionar como almacén de memoria. Porque el lugar de almacenamiento de la memoria, ya hemos dicho que debe ser real, indestructible, indivisible e inmutable.
Mediante este método, el Buda ayuda a los seres a determinar qué lugares definitivamente quedan excluidos de este profundo y sutil dharma de la gran luz, es decir, qué elementos definitivamente no pueden ser el Tathagatagarbha. Por lo tanto, antes de buscar el Tathagatagarbha, primero debemos confirmar qué cosas no pueden ser el Tathagatagarbha. Así pues, el Buda usó este método para diseccionar a los seres, analizando su vida; todo lo que se puede diseccionar, dividir, separar o mutar, definitivamente no es el Tathagatagarbha. El Buda explicó todo esto en los Cuatro Ágamas y enterrando el significado profundo de que existe el octavo almacén de consciencia, el Tathagatagarbha.
Ahora podemos ver un cuadro (Figura 1) que explica que la vida de los seres en realidad se compone, por un lado, de los lugares de almacenamiento de memoria y, por otro, de nama-rupa (nombre y forma), que no puede actuar como lugar de almacenamiento de la memoria. Es decir, la vida está compuesta por este profundo y sutil dharma de la gran luz, así como por nama-rupa, siendo éste último divisible y mutable (nama-rupa no puede ser el lugar de almacenamiento de la memoria).
Por lo tanto, la vida de los seres se fundamenta en este dharma inquebrantable de la profunda y sutil gran luz, mientras que todo lo demás que se puede dividir y separar son los nombres y formas (nama-rupa). Lamentablemente, los Ágamas ocultan este profundo y sutil dharma de la gran luz, mientras menciona a menudo el aspecto de nama-rupa, que a continuación analizaremos más detalladamente.
Figura 1
¡Muy bien! Entonces, veamos cómo el Buda habla de nama-rupa.
[Cita del Sutra Ekottara Ágama]: «¿Qué se entiende por ‘nama’? Nama incluye: sensación, percepción, volición, alegría y pensamiento. ¿Qué se entiende por ‘rupa’? Se refiere a los cuatro grandes elementos y a las formas creadas por los cuatro grandes elementos. Las formas son diferentes de los nombres, por lo que se distingue entre ‘nama y ‘rupa'».
El Ekottara Ágama Sutra plantea, ¿qué son los nombres? ¡Son numerosos! Como la sensación, la alegría, el pensamiento, la planificación, la imaginación, etc. ¿Qué son las formas? Son los fenómenos materiales, los cuatro grandes elementos y todo lo que deriva de estos cuatro grandes elementos. En “nama” se incluyen los fenómenos mentales y sus variaciones. Por lo tanto, «nombres» y «formas» difieren en contenido y por eso reciben denominaciones distintas.
Pero los nombres y las formas todavía son demasiado abstractos, por lo que es necesario analizarlos aún más en profundidad. En el budismo, este análisis se llama vipassana (observación y contemplación). En la terminología budista antigua, no se usaba la palabra “análisis”, sino que se utilizaban el término vipassana.
Aunque tengamos claro lo explicado hasta ahora, el mero conocimiento de la terminología (de los conceptos del Dharma budista) no es suficiente, si no se conoce el contenido detallado. Por eso es necesario practicar la observación y contemplación (Vipassana), es decir, debemos observar y analizar en profundidad el contenido de estos conceptos del Dharma en el mundo fenoménico y en la vida misma.
Al realizar esta observación detallada, se llega a conocer el significado (artha) de estos conceptos. Luego, se pasa a conocer la propia naturaleza (svabhava) de cada concepto y sus características diferenciales (visesa). Así se pueden alcanzar los principios de las Cuatro Reflexiones (catuh-pratyaveksaṇa): nombre, significado, naturaleza propia y características diferenciales.
Sólo cuando se logra esta comprensión a través de la observación y contemplación, se llegan a entender los principios del análisis, y finalmente se puede realizar y experimentar directamente el profundo y sutil Dharma de la Luz.
Dado que se ha acabado el tiempo, vamos a dejar aquí la introducción.
Muchas gracias por haber asistido a mi conferencia.
AMITOFO.